Conozca las bondades del ajo, que van más allá de su fuerte aroma y sabor para preparar ricos platos.
Hola, hoy hablaremos sobre las propiedades del ajo y que utilidades en la cocina le podemos dar a esta sagrada planta. El ajo común, científicamente llamado, Allium Sativum, es una planta de la familia de las liliáceas, de olor penetrante y fuerte sabor. Originaria de Asia Central, su cultivo se extendió desde muy antiguo por todas las regiones mediterráneas y hoy es común el cultivo de ajo en el mundo entero.
El bulbo, que se haya subdividido en 10 o 15 bulbillos subordinados, lo que llamamos dientes, es la parte generalmente utilizada como condimentos. En las zonas templadas, los ajos se plantan de enero a febrero. Cuando las hojas se doblan, a finales de junio, ya están listos para sacarlos, y unas ves recolectadas habrá que sacarlos al aire. Debidamente almacenados, duran hasta la primavera siguiente. Este es, pues, el momento oportuno para comprarlo a bajo precio haciendo acopio para todo el año. La mejor manera de conservarlos en buen estado es atarlos en una ristra y colgar está en un lugar seco y ventilado.
El ajo la perla de la cocina.
El ajo es quizá el elemento más utilizado en la cocina de todo el mundo. Tanto como la cebolla o el perejil. Se le atribuyen incluso propiedades curativas y ciertamente se emplean en medicina como diurético, estimulante y antiespasmódico. Hay también quien dice que es bueno para el corazón.
Su penetrante sabor se integra perfectamente en infinidad de sopas, guisos y salsas. Crudo, es fresco y picante, y así se emplea para sazonar ensaladas, gazpachos, salsas frías y parrilladas. Cocido o frito, su sabor se suaviza y se torna dulzón. Indispensable en guisos de carne o legumbres, se alía perfectamente con los pescados, incluso los más delicados.
Un guiso para él solo.
Por sí solo, frito con aceite, ha dado nombre a un tipo de preparación culinaria tan sencilla como deliciosa: (al ajillo) Aves, carnes, pescados verduras y pastas se pueden preparar con esta fórmula, barata y rápido de hacer: unos cuantos dientes de ajo picados fritos con aceite, sin escatimar y mejor de oliva, donde se cuece rápida y brevemente el alimento elegido. A menos que este necesite una cocción prolongada, en cuyo caso se cuece o fríe previamente y luego se riega con el ajillo, como sería el caso del pollo, las verduras o las pastas.
El ajo y el aceite: grandes aliados también el ajo tiene su propia salsa: el alioli o el ajoaceite, donde el ajo se emulsiona con la grasa hasta formar una deliciosa salsa tan famosa y útil como la mayonesa y de aspecto muy parecido. Incluso el pan con ajo, aceite y sal, es una merienda exquisita y popular de algunas zonas de España.
Por último, por si eres de los que evitan comerlo por su olor penetrante, bueno será que sepas que masticando una ramita de perejil fresco, desaparece todo rastro de olor en la boca. Pero no tendrás que hacerlo si lo usas con prudencia. Por ejemplo, en las ensaladas, limítate a frotar el cuenco con un diente de ajo partido: será suficiente para que tome sabor y no abrume a nadie.
Otro consejo: si lo usas para guisar, pásalo por el chino antes de sacar el plato a la mesa. Todos aceptan su sabor… pero muy pocos su presencia.
El ajo es considerado el adobo de salud.
Y si tienes aspiraciones hortelanas, te indico que debes saber que es muy fácil cultivar sus propios ajos en un trocito de tierra y hasta en una jardinera. Con una de un metro de longitud será suficiente, pero no menos para no tener una cosecha que no se reduzca a tres cabezas. Tendrás que llenar la jardinera con tierra de jardín, mantillo y arena a partes iguales, cosas que puedes encontrar en cualquier vivero o en tiendas de plantas. Planta cada diente de ajo a 5 cm. De profundidad y a 12 cm. De distancia unos de otros.
Con un riego moderado, conseguirás preciosas cabezas de ajo a finales de junio. Estarán listos para sacarlos cuando las hojas se doblan a nivel de la tierra. Y recuerda que se plantan en enero o en febrero. Y ablando de siembras y ajos frescos, no olvides los llamados –ajos tiernos– producto de estación increíblemente fino y exquisito para tortillas. Ahora hay marcas que los ofrecen al embazado al natural. Si tienes un par de esos frescos en la despensa, te sacaran de más de un apuro, ya que convierten en platos de lujo lo más simple de las tortillas.
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El ajo la perla de la cocina 